Feb 26
Feb 26
 Nos llega la unidad, que se pone en marcha, pulsando la tecla START, gira el plato, pero el brazo ni se mueve, oyéndose un ruido mecánico. Primera impresión, el motor encargado del desplazamiento lateral del brazo gira, pero éste no se mueve. Goma rota?… vamos a por ello. Después de un montón de tornillos y una pequeña trampilla debajo del propio plato, para sacar la carcasa y que pueda pasar el propio brazo, vemos la parte mecánica y estamos en lo cierto, la goma no es que esté rota, es que no existe. Cabe remarcar lo bien montado que está la unidad. De cuando se trabajaba bien !!!!… lo que lleva a que para llegar al fondo de la cuestión sea necesario un pote para la tornillería, que no es poca.
Nos llega la unidad, que se pone en marcha, pulsando la tecla START, gira el plato, pero el brazo ni se mueve, oyéndose un ruido mecánico. Primera impresión, el motor encargado del desplazamiento lateral del brazo gira, pero éste no se mueve. Goma rota?… vamos a por ello. Después de un montón de tornillos y una pequeña trampilla debajo del propio plato, para sacar la carcasa y que pueda pasar el propio brazo, vemos la parte mecánica y estamos en lo cierto, la goma no es que esté rota, es que no existe. Cabe remarcar lo bien montado que está la unidad. De cuando se trabajaba bien !!!!… lo que lleva a que para llegar al fondo de la cuestión sea necesario un pote para la tornillería, que no es poca. 
  Primer paso… que el brazo pueda moverse de forma natural con la tracción del correspondiente motor. Levantamos la mecánica y instalamos la goma de arrastre, comprobamos funcionamiento y ya podemos decir que esta parte está OK. Pero… sigue sin responder correctamente, aunque tengamos movimientos izquierda-derecha. No va fino.
Primer paso… que el brazo pueda moverse de forma natural con la tracción del correspondiente motor. Levantamos la mecánica y instalamos la goma de arrastre, comprobamos funcionamiento y ya podemos decir que esta parte está OK. Pero… sigue sin responder correctamente, aunque tengamos movimientos izquierda-derecha. No va fino. Aquí podemos ver la goma correctamente instalada en su alojamiento, pero no va aún fino. Viendo la placa electrónica vemos que hay unos cuantos condensadores electrolíticos… que llevan ahí unos cuantos años y por lógica, casi seguro que hay alguno descapacitado, o poco le faltará. Además, los orientales tienen la costumbre de sellar estas unidades con una pasta, que en principio tiende a a tener un color beige o marrón clarito, pero que con el tiempo se vuelve color marrón oscuro, o café. No sería la primera vez que esta pasta se torna conductora, más de un problema y de dos nos ha generado, por lo que condensadores (marcados con un punto rojo), fuera, y se procede a limpiar esta pasta antes de su sustitución.
Aquí podemos ver la goma correctamente instalada en su alojamiento, pero no va aún fino. Viendo la placa electrónica vemos que hay unos cuantos condensadores electrolíticos… que llevan ahí unos cuantos años y por lógica, casi seguro que hay alguno descapacitado, o poco le faltará. Además, los orientales tienen la costumbre de sellar estas unidades con una pasta, que en principio tiende a a tener un color beige o marrón clarito, pero que con el tiempo se vuelve color marrón oscuro, o café. No sería la primera vez que esta pasta se torna conductora, más de un problema y de dos nos ha generado, por lo que condensadores (marcados con un punto rojo), fuera, y se procede a limpiar esta pasta antes de su sustitución. Goma cambiada, condensadores cambiados, unidad en marcha. Procedemos a montar nuevamente todo el plato – tornillería no le falta – y unidad en marcha. Remarcar que es un auténtico placer tener que tocar estas unidades. Son agradecidas y normalmente no te sorprenden con averías ocultas u con otro tipo de situaciones que te hagan perder el «oremus».
Goma cambiada, condensadores cambiados, unidad en marcha. Procedemos a montar nuevamente todo el plato – tornillería no le falta – y unidad en marcha. Remarcar que es un auténtico placer tener que tocar estas unidades. Son agradecidas y normalmente no te sorprenden con averías ocultas u con otro tipo de situaciones que te hagan perder el «oremus».